sábado, 20 de abril de 2024

Mi relación con la mariguana. ¿Cómo empecé? ¿Por qué la deje?

 



¿Cómo inició?

El primer recuerdo que tengo de haber fumado mariguana no está fijo en mi conciencia, es una imagen borrosa desvaneciéndose al paso de los años. Sucedió en mi segundo o tercer semestre de Ciencia Política en la Universidad Nacional, hace mucho tiempo. Unos compañeros departiendo gozosos en La Playita me invitaron a fumar. Si me pidieran identificarlos en una foto, a lo sumo podría reconocer dos de ellos, el resto de los rostros se esfuman de mi memoria. Lo que sí recuerdo es una tremenda sensación de incomodidad, la mariguana no tuvo ningún efecto en mí, en cambio ellos estaban sumergidos en un jubilo carnavalesco, sentí que no pertenecía allí.

Quizá desalentado por esta experiencia de desconexión en un principio no me enganche con la mariguana, a lo largo de los siguientes siete años las veces que fumé pueden contarse con los dedos de una mano.

No obstante, las cosas cambiaron a mediados de 2019, yo ya estaba bien avanzado en mis estudios de Economía en la Nacional, y estaba cursando la asignatura Política Macroeconómica, una materia que ha sido fuente de terror para numerosos estudiantes. He conocido historias de gente que la repite tres veces. Además, no sólo genera miedo porque es difícil aprobar, el profesor Isidro Hernández encuentra un deleite especial en humillar e intimidar a sus estudiantes en público, asumo que para alimentar el velo legendario que se teje alrededor de su figura en la Facultad.

Yo me sentaba al fondo del salón con la vana esperanza ser ignorado, Isidro me boleteó varias veces. Cerca de mí se sentaba Camilo*, rápidamente se tejió una camaradería. Ambos estudiamos muy duro a lo largo del semestre, nos ayudamos compartiendo material de estudio y resolviendo preguntas de la clase, además, el hombre era inteligente y era agradable conversar con él. Camilo era consumidor habitual de cannabis y fumamos algunas veces juntos.

Yo creo que desde ese momento le empecé tomar gusto a la mariguana. Empecé a fumar con una frecuencia considerable solo, en mi casa. Al estar bajo el influjo de esa sustancia la música se sentía distinta, como que tomaba textura, y el placer derivado de ver películas de terror o comedia es difícil de describir, se vive la experiencia más intensamente.

Caída

Mi consumo a finales de 2019 era más frecuente. Aunque, estaba lejos de ser problemático, y aún no era una interferencia nociva en las dimensiones más importantes de mi vida, mirando atrás desearía no haberme enganchado con esta droga. En todo caso, 2018 y 2019 fueron mis mejores años, estaba obteniendo logros y realización en diferentes esferas.

Después de un comienzo lento, por mis precarias habilidades con los números, estaba en el 90% del avance de la carrera de economía, ya no me faltaba casi nada para terminar. No estaba jugando compulsivamente videojuegos, un lastre que había marcado mi vida en el pasado. Tenía varios grupos de amigos con los cuales podía relacionarme. Estaba escribiendo para un portal de actualidad creado por estudiantes de la Universidad de los Andes llamando El Mal Economista.

Finalmente, llevaba saliendo cerca de dos años con Raquel*. Ella fue la primera mujer con la que conecté de forma significativa e íntima, éramos muy buenos amigos.  Nuestro plan habitual era salir a cafés y restaurantes cerca de la universidad, teníamos conversaciones interesantes que usualmente se prologaban por horas. Se perdía la noción del tiempo departiendo con ella.

Yo la adoraba, por su parte, ella me dijo alguna vez que chuleaba todas las casillas para ser su esposo, menos una, yo no era cristiano, y ese era un tema crítico porque ella sí es creyente y esa condición determinaba varias cuestiones prácticas. Pese a este contratiempo, que salió a relucir desde los primeros encuentros, igual seguimos saliendo porque disfrutábamos el uno del otro. Fue un casi algo, sí, pero la conexión que cultivamos fue muy profunda.

No tenemos un bolita de cristal que nos permita saber qué habría pasado si la pandemia de coronavirus no hubiera tenido lugar, lo cierto es que con este suceso mi vida se empezó a desmoronar.

Esta epidemia que se extendió por todo el mundo arruinado a su paso la vida millones de personas me quebró mental y emocionalmente. El aislamiento social y la paranoia colectiva exacerbaron los problemas de ansiedad, desregulación emocional y depresión que cargaba conmigo.

Yo estuve asistiendo a psicoterapia desde octubre de 2015 hasta febrero de 2018 para tratar de resolver estas dificultades. Por desgracia, me vi obligado a suspender las consultas porque mi familia no podía permitirse costearlas en ese momento, y, de otra parte, y como describí arriba, estaba encontrando progreso palpable y realización en áreas de mi vida en la que me había estancado por mucho tiempo.

La forma como conduje mi vida en 2020 y 2021 trae amargos sentimientos de remordimiento: empecé a fumar mariguana con una periodicidad diaria y en unas cantidades considerables, y, pasaba la mayor parte del día encerrando en mi cuarto jugando videojuegos. No avancé casi nada en la universidad, cancelaba las materias aprovechando las garantías académicas que se dieron por la emergencia sanitaria. Deje de buscar a Raquel. Ella eventualmente llegó a la realización de que las cosas no iban a funcionar conmigo y consiguió novio, asumo que, a finales de 2020. Alguien que era compatible con sus valores y su fe.

Mi terapeuta dice que yo tengo un patrón hedonista de evitación. Tengo una propensión a desarrollar adicciones en actividades que producen gratificación instantánea, por ejemplo, los videojuegos y la mariguana. Pero no es porque encuentre un deleite especial enfrascándome en estas cosas sino es más bien una estrategia de evitación que he desarrollado para lidiar con el dolor; el malestar que me produce los pensamientos intrusivos y ciertas emociones que vivo intensamente tiene dimensiones monstruosas, y en los años de la pandemia no tenía muchos recursos diferentes al patrón hedonista para lidiar con estas cosas.

¿Resurrección?

Este trance autodestructivo no habría podido prologarse toda la vida. Un suceso doloroso fue el punto de quiebre: a finales de 2021 Raquel anunció que se iba a casar con su novio. La tristeza y la sorpresa me colmaron por completo, fue un golpe duro de realidad que me sacudió del enajenamiento de la mariguana.

Quizá arrebatado por la nostalgia intensa que se apoderaba de mí concebí la idea delirante de que tenía opciones de recuperarla. Si le demostraba que podía dejar mis adiciones, ser disciplinado y resiliente, en otras palabras, dar píe con bola, ella podría cambiar de opinión.

Para graduarme enfrentaba dos obstáculos. El primero es que me había complicado la vida escogiendo como opción grado la monografía, tendría que elaborar un documento de investigación científica que cumpliera las condiciones especiales de preparación estipuladas por la universidad y fuera aprobado por mi director Alexander Rincón, un profesor de la facultad con amplio reconocimiento, especializado entre otras cosas, en temas de economía agraria.

El segundo obstáculo era Econometría II una materia que había cancelado tres veces, porque siempre me asustaba cuando reprobaba el primer parcial. Un inconveniente adicional era que la profesora Milena Hoyos fue más exigente en este último semestre que cursé en la universidad debido a la decepción que sentía por el desempeño de sus estudiantes, especialmente por ciertas situaciones de plagio que se habían presentado en el contexto de su clase durante la pandemia. Los parciales fueron considerablemente más difíciles de lo que había sido el estándar en los últimos dos años.

Pero yo tenía una resolución que nunca había experimentado en mi vida. Me impuse un régimen de disciplina militar. Sin que nadie me dijera nada corté de tajo con la mariguana y los videojuegos. Me levantaba temprano todos los días a darme una ducha fría, luego dedicaba todo el día a estudiar con la técnica pomodoro tomando pausas para meditar. Durante cinco meses la econometría y la lectura de artículos especializados sobre ecoetiquetas y pequeños productores de café (el tema de la monografía) fueron el único foco de mi mente.

El esfuerzo que apliqué, sumado a las técnicas de estudio que aprendí del libro Make It Stick: The Science of Successful Learning, dieron buenos frutos al final del semestre: aprobé sin problema Econometría II y realicé una buena monografía, recibió elogios por su redacción de todas las personas que la leyeron y mi director Alexander Rincón la calificó con la nota máxima, 5.

Pero todo fue en vano. Raquel me dijo que amaba a su novio, y no iba a dejarlo. El rechazo me sumió en una depresión horrible. Retomé el consumo compulsivo de mariguana y videojuegos, la situación siguió deteriorándose hasta mayo de 2022, fecha en la que reanudé el proceso de psicoterapia.

Hay dos cosas que han hecho este duelo difícil para mí.

Lo primero es que tenía idealizada a Raquel. Claro, ella es una mujer de grandes cualidades, inteligente, buen corazón, disciplinada, era muy agradable conversar con ella y tenía fe en mí, creía que yo que tenía potencial de hacer cosas buenas con mi vida. Pero yo estaba proyectando una fantasía, basado en los buenos recuerdos, sólo veía las cosas bonitas y pasaba por alto las grandes dificultades que se habrían presentado si me casaba con ella. Como cualquier ser humano, Raquel tiene sus limitaciones y flaquezas, y yo no las veía porque la tenía elevada en un pedestal.

Lo segundo es la narrativa incrustada en mi cabeza. Hay una frase trillada que se repite a menudo “lo que no te mata, te hace más fuerte”. Comúnmente no es verdad, los sucesos trágicos y dolorosos tienen el potencial de traumatizar, de hacer todo lo contrario. Lo que hace que una experiencia desagradable sea una fuente crecimiento personal es la historia que uno se cuenta así mismo, en otras palabras, como uno interpreta las vivencias infelices.

En 2022 mi experiencia fue bastante miserable, estaba sobrecogido por la desesperanza y la depresión, había días en los que ni siquiera me paraba de la cama. Estos estados penosos estaban alimentados por los pensamientos, me repetía a mí mismo que por dejarme arrastrar por la adicción había desperdiciado una oportunidad única en mi vida, y nunca más iba a conocer una mujer tan buena.

Hay una media verdad en la historia que me repetía. Es cierto que las cosas no funcionaron con Raquel, en parte, por mi adicción a la mariguana. Pero esa no fue la única razón, cada uno de los dos tomó diferentes decisiones que nos alejaron.

Lo otro es que esa declaración supremamente fatalista de que ella habría sido la última mujer buena que me iba dar una oportunidad en su vida no se corresponde con la realidad tampoco. Las cualidades buenas que vio Raquel en mi siguen estando conmigo ¿por qué no habría de verlas alguien que fuera compatible? Me tomó mucho tiempo entender esto. Obviamente, tengo que trabajar en las carencias que limitan mi potencial para mejorar mis opciones.

Yo creo que la mayoría de las personas que sufren adicciones cumplen una o dos de las siguientes condiciones 1) no tienen habilidades para regular sus emociones, los sobrepasan por completo, y es la forma que tienen para lidiar con el dolor que les produce vivir, y/o 2) no tienen un sentido de propósito, o una visión para su vida.

Esta tusa, aunque significó un sufrimiento tremendo, fue un catalizador de un proceso de transformación que sigue en pie. El dolor y la depresión derivados de la ruptura de esta relación significativa me obligaron a enfrentar mis problemas emocionales, a buscar recursos para gestionarlos de mejor forma. El apoyo terapéutico ha sido crucial, mi psicóloga Isabel Rendón y el grupo de entrenamiento de habilidades DBT. De otro lado, es válido reconocer que mi intención y esfuerzo jugaron un papel clave también, he buscado incansablemente en libros, aproximaciones espirituales, vídeos de YouTube y podcast formas de crecer y hacerme más fuerte, en otra entrada comentaba precisamente que tengo la resolución de escribir sobre las habilidades y perspectivas que siento han sido más útiles en mi proceso, y mi esperanza es que puedan servir a otros. Pero también ha sido el amor de mi familia y amigos, me ha inyectado fuerzas cuando estaba a punto de desfallecer, de tirar la toalla.

Llevo cerca de dos años sin fumar mariguana o jugar videojuegos (desde mayo de 2022). Tengo un fuerte convencimiento de que estas adicciones ya no hacen parte de mi vida. Hay hechos que demuestran esta afirmación contundente:  a lo largo de este intervalo de tiempo se me ha presentado varias veces la oportunidad de fumar mariguana, y siempre me resistí a hacerlo, una situación que podría servir de ilustración fue cuando Gabriela*, una chica con la que salí el año pasado, me invitó Rock al Parque, nunca había ido, este festival musical estaba infestado de olor a mariguana y al menos 5 dealers me ofrecieron baretos, y honestamente, no sentí tentación de comprarlos. Sigo haciendo parte del grupo de Whatsapp de amigos de la universidad con los que jugaba Age of Empires II, ellos habitualmente juegan partidas y participan en torneos competitivos, a veces me invitan a jugar (cada vez con menos frecuencia) y yo siempre me he negado expresándoles que no quiero. No he cortado el contacto porque los aprecio, y en el grupo se habla también de otras cosas diferentes al juego, de hecho, organizamos una reunión para tomar polas.

Esta crisis también ha sido una oportunidad de adelantar un proceso de autoconocimiento, de entender cuáles son mis aspiraciones y valores.  Mi vida ahora es estructurada (en el sentido de estar dirigida hacía las cosas que quiero) y saludable: hago ejercicio regularmente (5 días de gimnasio a la semana y los otros dos de descanso o actividad física ligera), dedico la mayoría del tiempo del día a trabajar o estudiar, esta disciplina se ha traducido en un desempeño sobresaliente en la maestría que estoy a un cachito de culminar en la Universidad de los Andes. En mis ratos libres comparto con mi familia y amigos, participo en distintos clubes de lectura, escribo, medito, veo películas y desde me hace poco me obsesiona la idea de aprender a jugar ajedrez, aunque aún soy muy malo.

El tema del amor es una cuestión más esquiva, es algo que requiere más persistencia y paciencia para resolverse. Sin embargo, siento que voy por muy buen camino, desde mediados de 2023 he salido con varias mujeres, con ninguna de ellas formé una relación formal, no obstante, no he tenido mi primera cita mala, con todos ellas tuve encuentros agradables y conversaciones interesantes, fue una buena experiencia conocerlas y escucharlas. Tendré que insistir más para encontrar alguien compatible en términos de aspiraciones y valores, en todo caso, disfruto alegremente el proceso de conocer gente.

 

*Nombres cambiados 

sábado, 30 de marzo de 2024

Liberarse de la mentalidad de víctima

 


Nota aclaratoria: el propósito de este texto no es invalidar la experiencia de personas con traumas derivados de sucesos violentos. No es mi intención pontificar sobre la forma en la que la debe sobrellevar experiencias tan personales como el sufrimiento o el duelo. Lo único que quiero es mostrar es que un cambio de perspectiva puede ayudar a empoderar a las personas y restituir su capacidad de agencia, incluso en circunstancias en las que se ha sufrido violencia o abuso (como me ha pasado a mí).

La vida puede atropellar de formas crueles e inexplicables. Cuando un sufrimiento sumamente intenso es infringido a alguien, sobre todo en circunstancias en las que el dolor no parece tener sentido, es natural desarrollar una mentalidad de víctima.

Según Manfred F. R. Kets de Vries aquellos que padecen esta condición tienen una percepción extremadamente pesimista de la vida:  siempre se quejan de las cosas malas que les pasan, cada contratiempo que enfrentan se convierte en un drama y en cierta forma son víctimas de su propia mentalidad, como siempre culpan a otros de todas las desgracias que les pasan no asumen responsabilidad. Este patrón autodestructivo a menudo no es un proceso consciente.

El gran problema que afronta la gente que tiene mentalidad de víctima es que queda sumida en la parálisis, es como si les pusieran una gríngola encima, atados por los sentimientos de resentimiento y desesperanza que se apoderan de ellos, no pueden ver las oportunidades que podrían sacarlos del hueco, pierden la capacidad de agencia.

Para salir de la mentalidad de víctima hay que hacer un esfuerzo consciente por cambiar la percepción de la realidad. Como dice la doctora Tracey Marks, los contratiempos y el dolor hacen parte de la incertidumbre de la vida, es la condición humana, todos estamos expuestos a ellos; sin embargo, la forma como se interpreta estos sucesos es lo que realmente determina el sufrimiento, no controlamos la inmensa mayoría de cosas que nos suceden, pero sí la forma en que respondemos.

En su video5 formas de perder la mentalidad de víctima - 5 formas de reconocerlo” la psiquiatra ilustra unos puntos que me parecieron muy útiles.

5 formas de reconocer mentalidad victima según Tracey Marks

-          La mayoría de las cosas tienen un tono negativo: se experimentan profundos sentimientos de inconformidad y desesperanza, nada gusta de la vida, se asume la idea egocéntrica según la cual de forma irrevocable se le ha reservado un destino cruel e infeliz, peor que el del resto de mundo, y que no hay nada que se pueda hacer para remediarlo.

-          A menudo surge la pregunta “¿Por qué?”: la mente se pregunta continuamente cosas como: ¿Por qué me pasó esto a mí? ¿Por qué tengo que esforzarme más que el resto? ¿Por qué no le agrado al resto? ¿Por qué no me entienden?

-          Rumiación constante: esta es una de las dificultades que más sabotea mi bienestar, es una avalancha repetida de pensamientos intrusivos que se refieren al malestar experimentado y son una fuente enorme de ansiedad.

-          Baja autoestima: se tiene una voz interna que dice cosas terribles sobre uno mismo, cosas que uno nunca diría a una persona que ama o respeta.

-          Alta prevalencia de emociones como la ira, el resentimiento y la envidia.

5 formas de perder la mentalidad de víctima según Tracey Marks:

-          Plantearse logros pequeños y alcanzables:  esta parece ser una idea tomada del libro Hábitos Atómicos de James Clear. Para romper la mentalidad fatalista y ganar confianza se debe efectuar una transformación en la mente, demostrarse así mismo que se puede alcanzar cosas buenas. No es incompatible con ser ambicioso y plantearse metas grandes, se trata más bien de ser estratégico, desagregar los grandes proyectos en pequeñas partes y avanzar progresivamente a medida que se recupera la confianza y se sale del ciclo de pensamientos autodestructivos.

-          Cultivar la generosidad: con la mentalidad de víctima pasa que se asume que el mundo brinda un trato injusto y hay una inmensa frustración por la idea de que se tiene menos de lo que se merece. Al dar amor y ayudar a otros la conciencia se eleva de esta mentalidad necesitada, resultando mayor autoestima y satisfacción con la vida.

-          Lista de gratitud: El secreto de la felicidad de acuerdo con los estoicos reside en estar conforme con lo que se tiene y no hacer que la felicidad dependa de cosas que están fuera del alcance. Pasa a menudo que damos por sentado las cosas buenas que da la vida, hacer de una practica diaria escribir en un cuaderno viejo 3 cosas por la que se siente agradecimiento puede conducir a que las apreciemos más y sentirnos más felices.

-          Cerrar heridas del pasado: a veces es una tarea titánica, pero perdonar puede liberarnos de pesos enormes. Se trata de ser más compasivo con otros y con uno mismo, entender que a veces se pueden cometer errores inclusive cuando se actúa con buenas intenciones. No es lo mismo que ser indulgente, es importante también reflexionar sobre las caídas para no repetir patrones que conducen a la infelicidad.

-          Asumir responsabilidad por las propias decisiones: no hacer que la felicidad y tranquilidad dependan de las acciones de otras personas, empoderarse en últimas significa entender que es posible mejorar el bienestar mediante la propia agencia.

Si le ha pasado, al igual que a mí, que desarrolla esta mentalidad la buena nueva es que hay formas de salir de ese hoyo negro. Es una tarea que requiere un esfuerzo considerable, es fácil desanimarse ante los fracasos y el ciclo de pensamientos autodestructivos derivados de estos. No obstante, si se quiere llegar a tener experiencias de realización se debe persistir y ser compasivo, no darse tanto palo es una estrategia subvalorada de resiliencia.


lunes, 25 de marzo de 2024

Acción opuesta

 

¿Por qué escribo esto?

Cuando me sentía abrumado por un torbellino de emociones intensas podía pasar que perdiera el control. Arrebatado por la carga de mis sentimientos, tomaba acciones que no se correspondían con mis valores u objetivos. Un resultado natural de actuar irreflexivamente, azuzado por impulsos, es que tomaba decisiones erráticas que lastimaban o perjudicaban personas que me importan, y también, se erigía una brecha frente a las aspiraciones que tengo de la vida.

La parte más destructiva del proceso era cuando afloraban emociones derivadas tales como la vergüenza, la culpa y el arrepintiendo. Los sentimientos de autodesprecio me sumían en una oscura parálisis, no veía el punto de intentar recursos que pudieran sacarme del hueco.

Ahora soy una persona más estable emocionalmente. No digo que todo sea un jardín de rosas, todavía tengo problemas para regularme, no obstante, soy mucho más efectivo lidiando con patrones de pensamiento y comportamiento autodestructivos, que, en última instancia, son el origen de mi malestar psicológico.

Cerca de mediados de 2022 sufrí una crisis nerviosa que condujo a que me internaran por quince días en un psiquiátrico. Desde entonces he intentado una incontable cantidad medicamentos y terapias para lidiar con las secuelas de esa experiencia sumamente traumática. Hace un par de semanas le comentaba a mi psiquiatra que yo he sido una especie de campo de experimentación de buena parte de los tratamientos conocidos para tratar la depresión y la ansiedad.

Tanta cosa que he tratado parece haber dado fruto: de unos meses para acá he sentido que estoy en mi mejor momento en mucho tiempo, desde el 2019 no experimentaba la paz y tranquilidad que por momentos parece colmar mi ser. Yo atribuyo el desenlace al tremendo esfuerzo que he adoptado y las diversas técnicas y ejercicios aplicados en terapia y otros tantos investigado por mí mismo.

Si el trabajo y la tesis me los permiten, es mi intención escribir una serie de textos abordando las técnicas y ejercicios que siento me han funcionado mejor para sobrevivir estos dos años difíciles. No hablaré nunca de medicamentos, eso se lo dejo a los locológos. Las razones que me motivan son las siguientes: i) hace poco leí que escribir es una forma altamente efectiva para procesar emociones, y desde que dejé de ser colaborador en El Mal Economista, no volví a hacerlo; es momento de retomar. ii) La escritura es también una tremenda herramienta de aprendizaje, cuando uno pone en sus propias palabras las cosas aprendidas se asientan mejor en el cerebro. iii) Si estas herramientas funcionaron conmigo, alguien que arrastra serios problemas de depresión y ansiedad desde su más tierna infancia ¿por qué no habrían de funcionar en otra gente, menos zafada que yo?

¿Qué es acción opuesta?

La primera técnica de la que quiero hablar es una herramienta de regulación emocional llamada acción opuesta. Consiste en “cambiar” la respuesta emocional mediante la acción cuando de acuerdo con la evaluación que hacemos de la situación concluimos que la emoción que experimentamos no se corresponde con los hechos o es inefectiva en términos de solucionar la situación a la que nos estamos enfrentando.

Los estoicos afirman que la fuente del malestar psicológico no son los hechos en sí mismos, sino la interpretación y las percepciones que la mente construye frente a estos. Por desgracia, para la gente que tiende a la rumiación como yo, es una tarea titánica modificar las interpretaciones que hacemos de las cosas. En este sentido, acción opuesta, es una técnica altamente efectiva para nosotros, mediante la acción opuesta a los impulsos derivados de la emoción que consideramos inefectiva se puede incidir en la respuesta emocional, sin tener que esperar que cambien las interpretaciones que hacemos de las cosas.

¿Cómo hacer acción opuesta?

De acuerdo con el Manual de Entrenamiento en Habilidades DBT elaborado por la psicóloga Marsha Linehan acción opuesta consiste en una serie de pasos, voy a intentar explicarlos con un ejemplo de la vida real. Los pasos son:

1-     Identificar y nombrar la emoción que produce malestar e intentar clasificar su intensidad de 1 a 100: en el caso mío las emociones que tienden a causarme más problemas son el miedo y la ansiedad.

2-      Establecer el evento desencadenante de la emoción: por situaciones traumáticas en mi infancia y adolescencia, el miedo y una ansiedad grandísima se apoderan de mí cuando intento relacionarme con gente diferente a mi círculo más cercano, especialmente las mujeres. Este temor se ha aplacado considerablemente, fruto de la terapia y de mi propio esfuerzo, no obstante, todavía es una lucha. El evento en concreto es que en un curso de ajedrez que estoy viendo en la universidad hay chica que despertó mi curiosidad, mi intención era invitarla a tomar un café. Establecí que lo que más generaba miedo y ansiedad de la situación era enfrentar un rechazo.

3-      Verificar los hechos: En este paso se empieza a practicar la introspección. Es importante plantearse preguntas tales como ¿está justificada la emoción (o su intensidad y duración)? ¿Se ajusta a los hechos? ¿es efectiva para solucionar la situación a la que me estoy enfrentando? Para hacer esta evaluación es clave tener como directrices nuestros valores y objetivos, en los casos en los que establezcamos que la emoción no es efectiva para nuestros propósitos podemos seguir con el ejercicio. Lo que razoné es que el miedo no tenía sentido, siempre y cuando fuera respetuoso y amable con ella, no habría nada que temer. Lo peor que podría haber pasado es que me dijera que no. En cambio, si me abstenía de preguntarle la ansiedad y la frustración derivadas de no saber qué habría respondido ella a la invitación empeorarían mi malestar.

4-      Identificar y describir los impulsos de acción:  Una respuesta habitual que tengo cuando enfrento situaciones que me generan una considerable carga de miedo y ansiedad es huir o evitar las cosas. En esta situación particular había una tentación grande de no arriesgarme, de no abordarla y preguntarle. Es importante recalcar que las emociones tienen impulsos diversos dependiendo de la persona, es importante practicar introspección sobre patrones de acción a los que conducen las emociones que producen malestar en cada uno.

5-      Acción opuesta: finalmente identificamos acciones opuestas a nuestros impulsos o acciones qué no hacemos inhibidos por la emoción. Nuevamente, clave considerar nuestros valores y objetivos. En mi caso el coraje es una virtud que admiro, y desde que empecé a asistir a terapia he tomado la resolución de enfrentar progresivamente los miedos que me condicionan y han limitado mi potencial en el pasado. La acción opuesta era invitarla a tomar café, y eso fue lo que efectivamente hice.

Luego de practicar el ejercicio lo ideal es reflexionar sobre cómo se hizo la acción, describir lenguaje corporal, expresión facial, postura, gestos y pensamientos. Otra cosa que se debe hacer es evaluar el efecto posterior que tuvo la acción sobre uno, pensar en el estado mental, emociones derivadas de la situación, pensamientos y las reacciones del cuerpo.

El propósito del ejercicio no es liberarse de las emociones, estas reacciones psicofisiológicas son un poderoso mecanismo de señalización, todas cumplen un propósito, definen la posición que tomamos frente al entorno en que vivimos y son un indicador de nuestras necesidades. Se trata más bien de ser consciente del efecto que tienen sobre nosotros, de actuar más reflexivamente, de no comprometer nuestros valores y objetivos por impulsos.

 

Si quedó enganchado/a con el tema puede escuchar este podcast.

viernes, 22 de julio de 2022

¿Deben ser removidas las estatuas confederadas en Estados Unidos?

 *Publicada originalmente en El Mal Economista en Junio de 2019 https://elmaleconomista.com/deben-ser-removidas-las-estatuas-confederadas-en-estados-unidos/

El aumento de actos terroristas consumados por supremacistas blancos en contra de minorías nos obliga a interrogarnos por algunos de los orígenes de esta forma de violencia motivada por odio racial.

 

En la noche del viernes 11 de agosto de 2017, las calles de Charlottesville, un silencioso pueblo universitario en el occidente de Estados Unidos, fueron sacudidas por estruendosas manifestaciones de supremacistas blancos. Convocados por la plataforma “Unite the Right” en respuesta a la decisión del ayuntamiento del municipio de remover la estatua del general confederado Robert E. Lee, y en un número que ronda de 500 a 1000 según diferentes estimaciones, los manifestantes  hicieron un despliegue de intolerancia y fanatismo que hizo recordar los momentos más funestos del Ku Kux Klan en el siglo XX: cargados de antorchas, banderas confederadas y nazis, algunos con indumentaria militar y armas automáticas, marcharon alrededor del campus de la Universidad Virginia cantando consignas fascistas como “Jews will not replace us” y “blood and soil”.

Eventualmente se encontraron con un grupo de manifestantes antifascistas más pequeño, lo rodearon y se enfrentaron a ellos con palos y gas pimienta. La violencia continuó a lo largo del sábado y alcanzó su clímax cuando James Alex Field Junior, un integrante de “Vanguard America” (grupo antisemita que se opone al multiculturalismo y propugna un Estados Unidos exclusivamente blanco) embistió con su automóvil a una multitud de personas que protestaban contra los mítines de supremacistas blancos en el pueblo, dejando el saldo de una persona muerta y varios heridos.

Al igual que la masacre en una iglesia perpetrada por el supremacista blanco Dylann Roof en 2015, estos hechos de violencia pusieron en el foco del debate el papel que juegan las estatuas confederadas en los espacios públicos. ¿Qué exactamente representan estos monumentos en términos culturales e históricos? ¿Deben las autoridades gastar fondos públicos en su mantenimiento incluso si son fuentes de crispación social? ¿Deben ser removidos de los espacios públicos?

Remover o no remover.

Según el profesor Gaines Foster, autor de “Ghost of the Confederacy” una forma sensata de decidir este asunto es tener en cuenta dos aspectos 1. ¿Qué propósito tenían quienes construyeron las estatuas? 2. ¿Qué representa el personaje que es honrado con el monumento?

Los defensores de las estatuas confederadas a menudo alegan que son parte del patrimonio de Estados Unidos, y que fueron construidos con el propósito de honrar la vida de aquellos que lucharon denodadamente en defensa las pretensiones de los “opresivos” estados del norte sobre los del sur en el contexto de la guerra de Secesión estadounidense; para ellos, quitarlos de los espacios públicos significaría borrar la historia. El gobernador republicano del estado de Maine, Paul Lepage, llegó a decir que removerlos sería como derribar los monumentos conmemorativos del 11 de septiembre en la ciudad Nueva York, y comparó a quienes pretender remover las estatuas confederadas con los talibanes de Afganistán.

James Grossman, el director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Historia, desestima está versión: esta narrativa de la rebelión heroica de los estados del sur es un intento de legitimar las figuras públicas de este bando involucradas en la guerra de Secesión, y está cimentado en torno a la idea falaz de que la esclavitud no era el motivo principal de disputa entre los bandos en confrontación.

Simultáneamente, tras este pretendido tributo al heroísmo se esconde una declaración política de supremacistas blancos abogando por su hegemonía social y política. De hecho, la mayoría de los monumentos fueron construidas en dos periodos definitorios de las relaciones raciales en Estados Unidos como puede verse claramente en este informe del Southern Poverty Law Center que reseña también escuelas públicas nombradas en honor a políticos y militares confederados.

El primer periodo es el de la implementación de la Leyes de Jim Crow, transcurrido entre 1890 hasta 1920. Estas leyes promulgadas en los estados del sur estipularon la segregación entre blancos y negros en diferentes espacios públicos como por ejemplo escuelas, baños y restaurantes, y restringieron su participación política privándolos del derecho al voto. El segundo pico (los años 50 y 60 del siglo pasado) de los monumentos confederados en el informe coincide con los choques entre el movimiento derechos civiles para los afroestadounidenses y los sureños que se resisten a sus reivindicaciones.

Las estatuas confederados fueron un mecanismo del que se sirvieron los supremacistas blancos para consolidar y promover el orden social impulsado por su ideología; es ingenuo suponer que el propósito de los monumentos fuera rendir un desinteresado homenaje a los perdedores de la Guerra de Secesión, por el contrario, buscaban en primera instancia legitimar los principios racistas  de la confederación entre los blancos, y, de otros lado, decir a los negros que se revelaban  contra la desigualdad y opresión institucionalizada “esto un espacio blanco, así es como hacemos las cosas y queremos conservarlo de esa manera”.

Varios comentaristas conservadores han señalado que quitar las estatuas de espacios públicos es una especie de ejercicios de negación. Según ellos, remover los monumentos no va a ser que desaparezcan de la historia de Estados Unidos los abusos cometidos contra los negros, las estatuas deberían permanecer en su lugar para que las futuras generaciones “recuerden lo que pasó”.

Evidentemente, es importante recordar el pasado, las nociones que tiene la gente de la historia en buena medida moldean las relaciones sociales del presente. Sin embargo hay una gran diferencia entre recordar la historia y rendir homenajes nostálgicos a hombres como Robert E.Lee que lucharon por perpetrar la esclavitud en Estados Unidos. Por eso varios historiadores han propuesto que una vez las estatuas confederadas sean retiradas de los espacios públicos no sean destruidas, y que sean puestas en museos donde pueda llevarse a cabo un debate informado en torno a la Guerra de Secesión y la historia de conflictos raciales en Estados Unidos, acompañada por académicos y especialistas en estos temas.

¿Qué estatuas deben permanecer y cuáles deben ser depuestas?

El 15 de agosto de 2017 durante una de las más explosivas ruedas de prensa en lo que va de su presidencia, Donald Trump abrazó uno de los puntos fuertes del alegato de quienes se oponen a la remoción de las estatuas “...esta semana es Robert E.Lee, a ‘Stonewall’ Jackson también lo están bajando. Me pregunto: ¿Será George Washington la semana que viene? ¿Y Thomas Jefferson la semana después? Ustedes tienen que preguntarse dónde parará esto” En la misma conferencia unos minutos después anotó: “George Washington era propietario de esclavos ¿Vamos a tirar su estatua también?”.

El argumento puede parecer en principio convincente, sin embargo es deshonesto y no se sostiene: es anacrónico comparar a George Washington con Robert E.Lee, son figuras que influyeron en las historia de  Estados Unidos en contextos diferentes y con varios años de diferencia, además el legado que traen hasta nuestros días no admite comparación tampoco. George Washington, con todas las falencias personales haya podido tener fue un hombre, que, junto a muchos otros, puso su vida en la línea de fuego para contribuir en los esfuerzos que llevaron a la independencia de Estados Unidos. Roberth E.Lee en cambio fue el líder que encabezó la rebelión de un grupo de hombres que se levantó en armas en contra del gobierno de los Estados Unidos para mantener sus derechos sobre los esclavos y romper la unión americana.

Luego del ataque terrorista de un supremacista blanco en Nueva Zelanda que dejó como saldo 50 víctimas el señor Trump dijo en una conferencia de prensa que él no considera que el nacionalismo blanco sea una amenaza ascendente alrededor del mundo. No obstante, la cifras parecen indicar todo lo contario: entre el año 2009 y 2018 el 73,3% de los asesinatos relacionados con violencia política en Estados Unidos han sido perpetrados por fanáticos de extrema de derecha. Los operativos contraterroristas para contener las amenazas de estos mismos grupos en Europa Occidental se han incrementado en un 191% en los últimos dos años.

Por años se ha subestimado el desafío que representan estos grupos racistas, por ejemplo, en la cultura popular se ha retratado al Ku Kux Klan como una organización de payasos estúpidos e inofensivos. No obstante, ya hemos sido testigos de los estragos que son capaces de producir individuos desquiciados por una ideología que proclama la supremacía racial de los blancos. Es momento de reevaluar los símbolos que han dado legitimidad a su doctrina de odio.

 

¿Funcionará la estrategia racista de Donald Trump para reelegirse en 2020?

 *Publicado Originalmente en  El Mal Economista  en Octubre de 2019 ¿Funcionará la estrategia racista de Donald Trump para reelegirse en 2020? | Blogs El Espectador

Al igual que en 2016, el presidente ha apelado al sentimiento de superioridad de los blancos sobre otras minorías, no obstante, los cambios demográficos sucedidos en el país y el rechazo fuerte a sus políticas nativistas podrían jugar en contra de sus posibilidades de reelegirse.

 

Luego de los dos triunfos sucesivos de Barack Obama en 2008 y 2012, el Partido Republicano de Estados Unidos se vio obligado a asumir la amarga tarea de reinventarse para tener posibilidades creíbles de competir seriamente con el Partido Demócrata en la elección presidencial del país en 2016.

En un reporte de  titulado Growth and Oppotunity Project el Comité Nacional del Partido Republicano dedujo que era menester introducir un cambio sustancial en su política de inmigración para dar una imagen más inclusiva ante los grupos minoritarios, especialmente la población latina. La razón del cambio de estrategia se fundamentó en que el Comité reconoció dos hechos: 1. El cambio demográfico sucedido en Estados Unidos está haciendo que el porcentaje de la población blanca se reduzca año tras año – el censo de la población proyecta que para 2045 Estados Unidos se convertirá un país minoritariamente blanco. 2. Los latinos, el grupo de población que crece a un ritmo más acerado, vota mayoritariamente demócrata.

Irónicamente Jeb Bush, el candidato del establecimiento que siguió las recomendaciones del Comité, fracasó estrepitosamente. Al final quien consiguió la candidatura fue Donald Trump, un millonario misógino y megalómano quien no estaba en el radar de muchos. Trump a lo largo de la campaña protagonizó varios episodios racistas y xenófobos.

Por ejemplo, en uno de sus discursos dijo básicamente que los inmigrantes provenientes de la frontera con México eran violadores y criminales; o cuando el juez del Distrito Sur de California Gonzalo Curiel, nacido Estados Unidos, desestimó una petición hecha por los abogados de Trump de archivar una demanda interpuesta por un grupo de estudiantes en contra de la fraudulenta institución  ‘Trump University’, Trump dijo que el juez Curiel debía recusarse  a sí mismo del caso debido a su origen mexicano. 

Posteriormente, es una campaña plagada de escándalos, venció en la elección presidencial de 2016 de forma sorpresiva a Hilary Clinton, la candidata demócrata. Teniendo en cuenta varios episodios que se remontan desde la década de los 70 y han continuado hasta el día de hoy, es obvio que el racismo es un componente distintivo del carácter del señor Trump.

Pero el racismo no solo define la personalidad de Trump, también ha sido una herramienta que ha utilizado intencionalmente para movilizar a su público.

La estrategia racista de Trump.

El 14 de julio Donald Trump tuiteó sobre cuatro congresistas demócratas independientes -todas mujeres no blancas- que dice él “provienen de países cuyos gobiernos son una completa y total catástrofe”   y que “deberían regresar a ellos”.  Tres de las cuatro legisladoras nacieron en Estados Unidos, la otra mujer,  Ilhan Omar llegó al país a la edad de 8 años como refugiada somalí, es nacionalizada y, curiosamente, ha sido ciudadana estadounidense por más tiempo que la primera dama, Melania Trump.

Las cuatro congresistas han sido víctimas de los ataques de Trump, pero Omar se ha convertido en el blanco predilecto de su furia en los últimos meses. En Twitter y en sus mitines ha dirigido en contra de ella una serie de diatribas falaces, insinuado simpatías de la congresista con extremistas islámicos. El 17 de julio, en uno de los mítines de Trump en Carolina del Norte mientras él dirigía su verborrea calumniosa en contra de la congresista Omar, la multitud asistente, borracha de ira, proclamó "Send her back" "Send her back".

Según los periodistas Emily Badger y Nate Cohn,  en este mitin convergieron dos fuerzas que están estremeciendo  el panorama político norteamericano. De un lado, una ansiedad que se extiende entre un grupo de votantes blancos que ve amenazada su posición debido a los rápidos cambios demográficos que está sufriendo el país, y de otro lado, Donald Trump, el político que ha conseguido con mayor éxito explotar este sentimiento de amenaza.

El núcleo de este grupo de está compuesto está compuesto de trabajadores blancos sin educación terciaria, principalmente hombres. Se estima que el 62,5% de las personas que corresponden a este conjunto de población votaron por Trump en la elección presidencial de 2016.  El señor Trump ha hecho explícito a través de sus políticas y de su discurso público de odio hacia grupos minoritarios como los latinos y los musulmanes que él se proyecta como un defensor de la supremacía de los blancos en Estados Unidos.

Pero es incierto si esta estrategia podrá funcionar de nuevo. De acuerdo con el columnista de The New Yorker John Cassidy,  aunque la proporción de este porcentaje de votantes blancos apenas se reducirá para el 2020, el apoyo de los de los trabajadores blancos sin educación terciaria no es suficiente para la ganar la elección, necesitará el apoyo de otros de  otros grupos población como los blancos con más años de educación, votantes independientes, e irónicamente, de los latinos a quienes ha fustigado tan duramente en sus discursos.

La desgracia para Trump es que, de acuerdo con los sondeos mostrados por Cassidy en su texto, unos dos tercios de las personas que componen estos grupos de población ven de forma poco favorable a Trump y las políticas que representa. Este el principal inconveniente que afronta el actual presidente para reelegirse.

Trump ganó en 2016 por un margen muy estrecho en estados clave como Pensilvania, Michigan y Florida y, según indican las encuestas que se han revelado en las últimas semanas perdería en cada uno de estos estados contra candidatos demócratas como Joe Biden. Falta más de un año para la elección, aún es temprano emitir un pronóstico rotundo sobre las posibilidades de éxito de la estrategia nativista del señor Trump, pero lo cierto es que su reelección está lejos de estar asegurada.

Corrupción y y declive democrático en Israel

 *Publicado originalmente en elmalconomista.com en Abril de 2019

El martes 9 de Abril se celebran las elecciones parlamentarias en Israel. El Gobierno de Benjamín Netanyahu, quien busca reelegirse, afronta serias acusaciones de corrupción, pero a su base de votantes de extrema derecha parece importarle poco. ¿Por qué?

 

En una ocasión, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que podría parase en la quinta avenida de Nueva York y dispararle a alguien en medio de la multitud, y aun así, no perdería un sólo voto de su base, haciendo referencia a la lealtad perruna de sus seguidores, no importa cuán penosos sean los escándalos en lo que él esté involucrado, ellos prestaran apoyo irrestricto  a su líder a pesar de sus problemas éticos.

Para Bernard Avishai, el corresponsal del NewYorker en Jerusalén, este es el mismo caso del actual primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien busca relegirse por quinto mandato consecutivo.

Corrupción en Israel

El Fiscal General de Israel anunció a finales de febrero del presente año su intención imputar al primer ministro de Israel en tres casos diferentes de corrupción: el primero se acusa a Netanyahu de recibir costosos presentes - cigarrillos de lujo, joyas y vino por 283000 dólares-  de parte del magnate israelí Arnon Milchan.

A cambio, Netanyahu habría presionado a su ministro de finanzas para extender exenciones tributarias disfrutadas por Milchan y también lo habría ayudado utilizando su influencia en el Departamento de Estado de Estados Unidos para facilitar el trámite de la visa americana. La evidencia aportada por la policía sugiere que las coimas fueron coordinadas mediante mensajeros y códigos secretos, y todos los ‘regalos’ fueron demandas explicitas de Netanyahu y su círculo familiar cercano.

Los otros dos casos tienen que ver con el uso del poder de Netanyahu para manipular los medios de comunicación.

Se han filtrado las transcripciones de una conversación grabada entre Benjamín Netanyahu y Arnon Mozes, propietario del segundo diario más importante del país, Yedioth Ahronoth. De la conversación se desprende que Moses y el primer ministro conspiraron para perjudicar al tabloide Israel Hayom, principal competidor de Yedioth Ahronot. Netanyahu propone a Mozes que cambio cobertura periodística ‘amable’ de su gobierno por parte del Yedioth Ahronoth el gobierno cortaría la circulación Israel Hayom mediante legislación impulsada por partidos de la coalición de gobierno de Netanyahu.

La última acusación de la Fiscalía involucra a la firma de comunicaciones más grande del país ‘Bezeq’ propietaria del influyente sitio web ‘Walla!’, que al igual que en el caso anterior, ofreció cobertura informativa muy favorable a Netanyahu. La obsecuencia de ‘Walla!’ significó, según los investigadores, cambios regulatorios que beneficiaron a ‘Bezeq’ por el valor de cientos de millones de dólares.

Netanyahu ha salido al paso de las acusaciones de fraude y sobornos jugándose la carta del perseguido político. Según él, los cargos levantados en su contra por la Fiscalía son el resultado de una caza de brujas orquestada por el establecimiento liberal y los partidos de izquierda, desesperados por removerlo del poder. Irónicamente el Fiscal General, Avichai Mandelblit, fue designado en 2016 con el beneplácito de Netanyahu y había trabajado previamente con él.

En Israel pocos ponen en duda la seriedad de las reclamaciones de la Fiscalía y se da por sentado que Netanyahu de ser reelegido tendrá que afrontar juicio. No obstante, por extraño que pueda parecer, estos escándalos de corrupción han minado muy poco el apoyo de buena parte los sectores de extrema derecha de Israel que respaldan al Primer Ministro desde su ascenso en 2009. Es más, existen buenas posibilidades de que su coalición salga exitosa en las elecciones a celebrarse este martes 9 de abril.

Declive democrático en Israel

La explicación en parte está en que Netanyahu ha instrumentalizado el conflicto y explotado el sentimiento de amenaza para reforzar su influencia en los grupos ortodoxos de Israel, creando vínculos de lealtad en base a políticas de identidad impulsadas por su gobierno.

El mensaje de su discurso ha estado propuesto en la lógica de dividir la sociedad en dos grupos antagónicos.  De un lado están los árabes y del otro los judíos, de un lado están los seculares y de otro los religiosos, de un lado está el pueblo de Israel y de otro lado están sus enemigos que conspiran en su contra al oponerse a los asentamientos en territorio palestino.

Un segmento población de Israel ha decidido mirar al otro lado a pesar del aplastante peso de las pruebas que pesan sobre la integridad del imputado ministro por la creciente influencia que han tomado las políticas de identidad en Israel. La corrupción de Netanyahu es un sapo que se pueden tragar grupos conservadores y religiosos, siempre y cuando su líder esté dispuesto a defender su visión estrecha de lo que debe ser el Estado de Israel y sus políticas públicas.

Un reporte elaborado por Tamara Cofman Wittes y Yael Mizrahi-Arnaud ha mostrado que en Israel en los últimos años ha habido un declive de los valores liberales, entendiendo estos como las normas de cultura política que definen una democracia genuina, las garantías de participación e igualdad de los grupos minoritarios frente al dominio aplastante mayoría.

Hay varios ejemplos que nos permiten atestiguar los hallazgos del reporte: en julio de 2018 el parlamento de Israel pasó una ley en la que se dice que sólo los judíos tienen derecho a la autodeterminación y el árabe ya no es una lengua oficial. El gobierno de Netanyahu también ha utilizado su poder en el parlamento para hostigar ONG’s que denuncian los abusos de derechos humanos con el argumento de que reciben financiación de gobiernos extranjeros- principalmente de la Unión Europea. Curiosamente, las ONG’s gobiernistas también han recibido copiosa financiación externa, no obstante, estas no han sido objeto de persecución de Netanyahu.

Por cuenta del populismo nativista de Netanyahu el discurso público en Israel se ha tornado toxico, el gobierno ha conseguido vender la narrativa de que cualquier disenso en lo que se refiere a la identidad del estado judío y el manejo del conflicto con los palestinos sea considerado ilegitimo. Los opositores políticos son traidores en ojos de los seguidores del gobierno, agentes extranjeros que, por la amenaza que representan sus ideas, deben ser excluidos del sistema político.

Los costos de ser hombre

 * Publicado Originalmente en Marzo de 2019 en elmaleconomista.com : https://elmaleconomista.com/el-costo-de-ser-hombre/

Aunque los hombres obtengan ciertos privilegios económicos y políticos derivados de su género, esto no significa que no sean perjudicados por éste también.

 

Un dolor de cabeza recurrente que afronta el feminismo es que algunos de sus opositores, por deshonestidad intelectual o ignorancia, tienden a caricaturizarlo y tergivérsalo, a desmentir sus propuestas teóricas basados en espejismos.

Tomemos por ejemplo la idea del ‘patriarcado’. Podríamos definirlo como una estructura social de supremacía masculina que opera a expensas de las mujeres, sin embargo, hay que resaltar que es un concepto polémico y difuso, y no es aceptado universalmente dentro del feminismo, algunas teóricas han cuestionado su pertenencia en términos de explicar complejas relaciones de dominación raciales y de clase, por ejemplo.

Para algunos grupos libertarios y neocoservadores esta idea de una sociedad dominada por hombres es risible cuanto más. Christina Hoff Sommers ha intentado desmentir la idea del privilegio masculino remitiéndose los siguientes patrones estadistcos en Estados Unidos, que más o menos se ajustan a la tendencia de la mayoría de las sociedades occidentales.

        La mayoría de la gente en prisión es hombre.

        La mayoría de población en indigencia es masculina.

        La mayoría de víctimas de homicidios son hombres.

        La mayoría de los suicidas son hombres.

        La esperanza de vida de los hombres es más baja que la de las mujeres.

        Las mujeres tienen tasas de escolaridad más alta en países de la OCDE.

La tesis implícita es que a los hombres también les va mal, por lo que no hay algo esencialmente injusto en la estructura social o en las expectativas que tiene la sociedad sobre cómo y cómo no deben comportarse los hombres y mujeres, no hay necesidad de pensar en cambiar nada. Si los hombres necesitan revisar sus privilegios, las mujeres también, dice la señora Sommers. También que se sugiere soterradamente que el feminismo ignora estos problemas o muy convenientemente decide no hablar de ellos.

El argumento ha sido muy exitoso en términos de propaganda, tanto así que ha sido replicado en diferentes instancias, convirtiéndose en un lugar común del discurso de los libertarios de derecha cuando hablan del ‘patriarcado’. Alguien lo hizo para el caso de Colombia.

Los roles de género y el ‘patriarcado’.

Pero el feminismo sí ha tratado estos problemas. Nuestra sociedad está edificada en torno a nociones de cómo se espera que actúen los hombres y las mujeres en ella. Estas expectativas cambian de una estructura social a otra, y se denominan roles de género. En el ‘patriarcado’  -visto desde el punto de vista más convencional- los roles de género establecen una relación de dominancia dinámica del hombre con respecto a la mujer, en este sistema de organización, la mujer, ‘débil y sumisa’, está limitada a ser una extensión del hombre, éste de otro lado, se proyecta como ‘dominante’,  ‘duro’ -incluso si hace falta suprimir sus emociones- y es el encargado de dar el sustento y la protección a la familia.

Es cierto que si comparamos la situación del siglo XX con respecto al siglo XXI las dinámicas familiares y sociales han cambiado en cierta extensión, y es cierto que las mujeres en términos absolutos tienen mejores términos de independencia y autonomía que en el pasado.

Pero la situación está  lejos de ser la ideal, para Abigail Player, los roles de género tienen un impacto gigantesco en nuestras creencias sobre lo que deben y no deben hacer los hombres y las mujeres, consecuentemente, surgen estereotipos que refuerzan las jerarquías basadas en género: por ejemplo, encuestas y experimentos han mostrado que las mujeres son percibidas como ‘cooperativas’ y ‘leales’ en contraste con los hombres a quienes se les achacan las cualidades de ‘protectores’ y ‘competentes’, no todos asumen estos estereotipos, pero hay evidencia de que las mujeres que no se comportan conforme a estos estereotipos son evaluadas negativamente por sus pares en el trabajo. De otro lado, continúa Player, toda una vida expuesto a estas expectativas de lo que deben ser las mujeres configura y refuerza sesgos inconscientes e invisibles. Como consecuencia de estos sesgos los hombres son vistos como líderes más capaces y son recompensados en mayor medida que las mujeres.

Player ilustra esta situación, usando datos de Reino Unido en donde las mujeres sólo componen el 22% del parlamento, el 20% de los profesores universitarios y el 6,1% de los cargos ejecutivos en la Bolsa de Valores Londres. En Colombia, el porcentaje de mujeres en el congreso es del 21,7%, y según el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario la brecha salarial está en el 25%, y el desempleo está en el 11% con respecto al 5% del hombres.

Hay otros costos asociados a ser mujer, podría decirse que más onerosos– violencia sexual, mansplaining, trabajo doméstico entre muchos otros- que no trataré porque requeriría extenderme más allá de los horizontes de este escrito. En todo caso, creo que se ha mostrado que hay un privilegio del hombre en la estructura política y económica.

Los costos de ser hombre

El término “masculinidad tóxica” en el pasado era usado casi exclusivamente en las clases de género en las universidades. De unos años para acá ha recobrado vida por cuenta de la guerra cultural en torno al feminismo que se vive en internet. ¿Qué significa exactamente? ¿Cómo explica los costos de ser hombre?

La masculinidad tóxica es conjunto de prácticas dañinas y destructivas, derivadas principalmente de suprimir las emociones, mantener la apariencia de ser ‘tipos duros’ en oposición ser percibido como femenino y usar la violencia como indicador de poder. Hay que aclarar que no todos los hombres y las masculinidades son tóxicas, hay rasgos que tradicionalmente se han asociado a los hombres como el liderazgo y el coraje, por poner un par de ejemplos, que es positivo incentivar tanto en hombres como en las mujeres.

En agosto de 2018 la APA (American Psychological Association) reveló su primera guía especialmente dirigida para el tratamiento de hombres y niños. La guía, dice la APA fue escritas en base a 40 años de investigación y trabajo terapéutico. En un artículo publicado en el sitio web de la APA, Stephanie Pappas, explica las motivaciones detrás de la guía y da luces para entender cómo los roles de género explican los patrones estadísticos que ciertos neoconservadores han usado como caballito de batalla en contra del feminismo. Pappas  soporta con literatura científica anexa sus observaciones y pone énfasis en que los terapeutas deben entender también cómo el poder, el privilegio y el seximo funcionan tanto otorgando beneficios a los hombres como atrapandolos en nociones preconcebidas sobre como se espera que sean:

-          Los hombres se sienten aislados, son criados con la mentalidad de ser ‘autosuficientes’ y de ocuparse de los problemas por ellos mismos, como consecuencia no buscan ayuda y se aíslan aún más. Por esto mismo, los niños y los hombres corren un riego desproporcional en relación a la disciplina y los desafios acádemicos.          Además, los hombres con nociones más tradicionales de masculinidad son menos propensos a buscar asistencia psicológica que aquellos con nociones de género más flexibles.

-          ‘Los machos’ u hombres con rasgos de masculinidad ‘fuerte’ -competitivos, dominantes, agresivos y estoicos- tienen la mitad de probabilidades de adquirir salud preventiva que aquellos hombres de criterios de masculinidad más moderada.

-          ‘Los machos’ son más propensos a adoptar comportamientos considerados riesgosos para la salud – alcoholismo, hábitos alimenticios poco saludables, tabaquismo o a poner ellos mismos su integridad física en riesgo.

 

Mi propósito al escribir este artículo es poner una pequeña cuota en lo que espero sea un debate más constructivo y menos tóxico en torno al tema ‘los roles de género y las relaciones de poder’. Por desgracia hoy el debate está viciado por cuenta del sensacionalismo de los medios y los “trolls” de internet.

Hay que dejar que atrás esa narrativa que sugiere que el feminismo es una cruzada en contra de los hombres, en realidad, es una herramienta de emancipación, no sólo para las mujeres, sino también para nosotros los hombres, a los que espero lleguen estas palabras Como dice Chesea Fanagan en una cápsula de youtube, una de las ideas fundamentales del feminismo es liberarse del aplastante dominio de estos roles de género, nosotros no deberíamos pagar por lo que la sociedad espera de nosotros por nuestro género. Para mí ha sido un ejercicio liberador interrogarme al respecto de en qué forma los roles de género han limitado mi libertad y felicidad.

Mi relación con la mariguana. ¿Cómo empecé? ¿Por qué la deje?

  ¿Cómo inició? El primer recuerdo que tengo de haber fumado mariguana no está fijo en mi conciencia, es una imagen borrosa desvaneciéndose ...