viernes, 22 de julio de 2022

Los costos de ser hombre

 * Publicado Originalmente en Marzo de 2019 en elmaleconomista.com : https://elmaleconomista.com/el-costo-de-ser-hombre/

Aunque los hombres obtengan ciertos privilegios económicos y políticos derivados de su género, esto no significa que no sean perjudicados por éste también.

 

Un dolor de cabeza recurrente que afronta el feminismo es que algunos de sus opositores, por deshonestidad intelectual o ignorancia, tienden a caricaturizarlo y tergivérsalo, a desmentir sus propuestas teóricas basados en espejismos.

Tomemos por ejemplo la idea del ‘patriarcado’. Podríamos definirlo como una estructura social de supremacía masculina que opera a expensas de las mujeres, sin embargo, hay que resaltar que es un concepto polémico y difuso, y no es aceptado universalmente dentro del feminismo, algunas teóricas han cuestionado su pertenencia en términos de explicar complejas relaciones de dominación raciales y de clase, por ejemplo.

Para algunos grupos libertarios y neocoservadores esta idea de una sociedad dominada por hombres es risible cuanto más. Christina Hoff Sommers ha intentado desmentir la idea del privilegio masculino remitiéndose los siguientes patrones estadistcos en Estados Unidos, que más o menos se ajustan a la tendencia de la mayoría de las sociedades occidentales.

        La mayoría de la gente en prisión es hombre.

        La mayoría de población en indigencia es masculina.

        La mayoría de víctimas de homicidios son hombres.

        La mayoría de los suicidas son hombres.

        La esperanza de vida de los hombres es más baja que la de las mujeres.

        Las mujeres tienen tasas de escolaridad más alta en países de la OCDE.

La tesis implícita es que a los hombres también les va mal, por lo que no hay algo esencialmente injusto en la estructura social o en las expectativas que tiene la sociedad sobre cómo y cómo no deben comportarse los hombres y mujeres, no hay necesidad de pensar en cambiar nada. Si los hombres necesitan revisar sus privilegios, las mujeres también, dice la señora Sommers. También que se sugiere soterradamente que el feminismo ignora estos problemas o muy convenientemente decide no hablar de ellos.

El argumento ha sido muy exitoso en términos de propaganda, tanto así que ha sido replicado en diferentes instancias, convirtiéndose en un lugar común del discurso de los libertarios de derecha cuando hablan del ‘patriarcado’. Alguien lo hizo para el caso de Colombia.

Los roles de género y el ‘patriarcado’.

Pero el feminismo sí ha tratado estos problemas. Nuestra sociedad está edificada en torno a nociones de cómo se espera que actúen los hombres y las mujeres en ella. Estas expectativas cambian de una estructura social a otra, y se denominan roles de género. En el ‘patriarcado’  -visto desde el punto de vista más convencional- los roles de género establecen una relación de dominancia dinámica del hombre con respecto a la mujer, en este sistema de organización, la mujer, ‘débil y sumisa’, está limitada a ser una extensión del hombre, éste de otro lado, se proyecta como ‘dominante’,  ‘duro’ -incluso si hace falta suprimir sus emociones- y es el encargado de dar el sustento y la protección a la familia.

Es cierto que si comparamos la situación del siglo XX con respecto al siglo XXI las dinámicas familiares y sociales han cambiado en cierta extensión, y es cierto que las mujeres en términos absolutos tienen mejores términos de independencia y autonomía que en el pasado.

Pero la situación está  lejos de ser la ideal, para Abigail Player, los roles de género tienen un impacto gigantesco en nuestras creencias sobre lo que deben y no deben hacer los hombres y las mujeres, consecuentemente, surgen estereotipos que refuerzan las jerarquías basadas en género: por ejemplo, encuestas y experimentos han mostrado que las mujeres son percibidas como ‘cooperativas’ y ‘leales’ en contraste con los hombres a quienes se les achacan las cualidades de ‘protectores’ y ‘competentes’, no todos asumen estos estereotipos, pero hay evidencia de que las mujeres que no se comportan conforme a estos estereotipos son evaluadas negativamente por sus pares en el trabajo. De otro lado, continúa Player, toda una vida expuesto a estas expectativas de lo que deben ser las mujeres configura y refuerza sesgos inconscientes e invisibles. Como consecuencia de estos sesgos los hombres son vistos como líderes más capaces y son recompensados en mayor medida que las mujeres.

Player ilustra esta situación, usando datos de Reino Unido en donde las mujeres sólo componen el 22% del parlamento, el 20% de los profesores universitarios y el 6,1% de los cargos ejecutivos en la Bolsa de Valores Londres. En Colombia, el porcentaje de mujeres en el congreso es del 21,7%, y según el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario la brecha salarial está en el 25%, y el desempleo está en el 11% con respecto al 5% del hombres.

Hay otros costos asociados a ser mujer, podría decirse que más onerosos– violencia sexual, mansplaining, trabajo doméstico entre muchos otros- que no trataré porque requeriría extenderme más allá de los horizontes de este escrito. En todo caso, creo que se ha mostrado que hay un privilegio del hombre en la estructura política y económica.

Los costos de ser hombre

El término “masculinidad tóxica” en el pasado era usado casi exclusivamente en las clases de género en las universidades. De unos años para acá ha recobrado vida por cuenta de la guerra cultural en torno al feminismo que se vive en internet. ¿Qué significa exactamente? ¿Cómo explica los costos de ser hombre?

La masculinidad tóxica es conjunto de prácticas dañinas y destructivas, derivadas principalmente de suprimir las emociones, mantener la apariencia de ser ‘tipos duros’ en oposición ser percibido como femenino y usar la violencia como indicador de poder. Hay que aclarar que no todos los hombres y las masculinidades son tóxicas, hay rasgos que tradicionalmente se han asociado a los hombres como el liderazgo y el coraje, por poner un par de ejemplos, que es positivo incentivar tanto en hombres como en las mujeres.

En agosto de 2018 la APA (American Psychological Association) reveló su primera guía especialmente dirigida para el tratamiento de hombres y niños. La guía, dice la APA fue escritas en base a 40 años de investigación y trabajo terapéutico. En un artículo publicado en el sitio web de la APA, Stephanie Pappas, explica las motivaciones detrás de la guía y da luces para entender cómo los roles de género explican los patrones estadísticos que ciertos neoconservadores han usado como caballito de batalla en contra del feminismo. Pappas  soporta con literatura científica anexa sus observaciones y pone énfasis en que los terapeutas deben entender también cómo el poder, el privilegio y el seximo funcionan tanto otorgando beneficios a los hombres como atrapandolos en nociones preconcebidas sobre como se espera que sean:

-          Los hombres se sienten aislados, son criados con la mentalidad de ser ‘autosuficientes’ y de ocuparse de los problemas por ellos mismos, como consecuencia no buscan ayuda y se aíslan aún más. Por esto mismo, los niños y los hombres corren un riego desproporcional en relación a la disciplina y los desafios acádemicos.          Además, los hombres con nociones más tradicionales de masculinidad son menos propensos a buscar asistencia psicológica que aquellos con nociones de género más flexibles.

-          ‘Los machos’ u hombres con rasgos de masculinidad ‘fuerte’ -competitivos, dominantes, agresivos y estoicos- tienen la mitad de probabilidades de adquirir salud preventiva que aquellos hombres de criterios de masculinidad más moderada.

-          ‘Los machos’ son más propensos a adoptar comportamientos considerados riesgosos para la salud – alcoholismo, hábitos alimenticios poco saludables, tabaquismo o a poner ellos mismos su integridad física en riesgo.

 

Mi propósito al escribir este artículo es poner una pequeña cuota en lo que espero sea un debate más constructivo y menos tóxico en torno al tema ‘los roles de género y las relaciones de poder’. Por desgracia hoy el debate está viciado por cuenta del sensacionalismo de los medios y los “trolls” de internet.

Hay que dejar que atrás esa narrativa que sugiere que el feminismo es una cruzada en contra de los hombres, en realidad, es una herramienta de emancipación, no sólo para las mujeres, sino también para nosotros los hombres, a los que espero lleguen estas palabras Como dice Chesea Fanagan en una cápsula de youtube, una de las ideas fundamentales del feminismo es liberarse del aplastante dominio de estos roles de género, nosotros no deberíamos pagar por lo que la sociedad espera de nosotros por nuestro género. Para mí ha sido un ejercicio liberador interrogarme al respecto de en qué forma los roles de género han limitado mi libertad y felicidad.

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